Acero, ciencia y naufragios: La investigación de Constance Tipper y la importancia de la microestructura del acero

 

Acero, ciencia y naufragios: La investigación de Constance Tipper y la importancia de la microestructura del acero

Durante la Segunda Guerra Mundial, la necesidad urgente de transporte marítimo llevó a la producción acelerada de los llamados buques Liberty. Estos buques, totalmente metálicos, estaban diseñados para ser funcionales, económicos y fáciles de ensamblar mediante técnicas de soldadura. Sin embargo, aunque los buques Liberty sí proporcionaron una solución logística eficiente, también se convirtieron en un caso emblemático de fallas estructurales inesperadas.

Durante su periodo de operación, se reportaron más de 1000 incidentes de grietas en estos buques, atribuidos a factores tales como el uso de acero con baja tenacidad a bajas temperaturas, soldaduras con defectos y concentradores de tensión en el diseño. Al menos 19 barcos Liberty se partieron en dos sin previo aviso, incluso en condiciones normales de operación. El análisis de las fallas impulsó importantes avances en la comprensión de la fractura frágil y de la mecánica de fractura moderna.


Figura 1. Buque que se fracturo mientras estaba en el puerto, Fuente The brittle fracture story, por Constance Tipper


Este fenómeno planteó una pregunta crucial para la ingeniería del siglo XX: ¿por qué colapsaban embarcaciones aparentemente bien diseñadas? La respuesta no fue inmediata. Requirió el trabajo riguroso de científicos e ingenieros, entre ellos la metalúrgica británica Constance Tipper, quien desafió paradigmas al demostrar que el problema no era únicamente de diseño o fabricación, sino una transición frágil del acero inducida por bajas temperaturas.

En este blog exploraremos cómo estos eventos marcaron un parteaguas en el análisis de falla, cómo el caso de los buques Liberty impulsó mejoras en los estudios de materiales y qué lecciones siguen vigentes hoy en día, en una era donde confiamos más que nunca en las estructuras metálicas que nos rodean.

Cuando comenzaron las investigaciones sobre por qué los barcos de la clase Liberty se partían en dos sin una causa aparente, una de las teorías que cobró mayor fuerza fue la relacionada con el proceso de soldadura. Esto se debía a que las fallas más catastróficas ocurrieron en embarcaciones con uniones soldadas, mientras que aquellas con uniones remachadas no presentaban el mismo tipo de fallas.

Constance Tipper no estaba convencida que la soldadura fuera la principal responsable. Su experiencia en la deformación plástica de aleaciones le indicaba que había un defecto en el acero que, en lugar de mostrar un comportamiento dúctil como era esperado, presentaba un comportamiento frágil.

Esto conduce a un tema sumamente interesante: la transición del comportamiento dúctil al frágil en el acero

¿Qué es lo que ocurre en la transición dúctil-frágil del acero?, la mayoría de los metales experimentan una transición de comportamiento dúctil a frágil conforme baja la temperatura. Cuando la temperatura es baja, se inhibe el movimiento de dislocación dependiente de la temperatura, lo que hace que los materiales metálicos sean más susceptibles a la fractura frágil.

Tipper estaba convencida que la facilidad con la que los sistemas de deslizamiento se activaban en un metal estaba en función de los elementos de aleación y, en particular, de la temperatura. Su hipótesis consideraba que la movilidad de las dislocaciones era inversamente proporcional a la temperatura del metal durante el impacto: a menor temperatura, la movilidad se reducía y eso llevaba al material a fallar como un vidrio o un material cerámico y no como un metal.

Tipper se dio a la tarea de establecer un método de prueba en el cual se realizarían impactos a probetas del acero en cuestión a temperaturas cada vez más bajas. El resultado fue que la energía necesaria para que el acero se fracturara disminuía drásticamente a medida que se reducía la temperatura. Con estas pruebas demostró que el acero dejaba de deformarse plásticamente a una temperatura mucho más alta que la esperada. A este fenómeno se le llama transición dúctil-frágil y a la prueba se le sigue conociendo como la prueba Tipper hasta la fecha.

Tipper también realizó estudios que demostraron cómo los elementos aleantes presentes en los aceros influyen de manera directa en su comportamiento mecánico, así como el efecto que tiene la cantidad de cada uno de ellos. Un ejemplo destacado de sus investigaciones fue la identificación de una composición inadecuada, con un alto contenido de fósforo y azufre, la cual provocó numerosas grietas y una fractura originada en una soldadura.

El legado de Constance Tipper perdura hasta nuestros días, especialmente a través de la prueba que lleva su nombre para determinar la transición dúctil-frágil en los materiales. Además, sus investigaciones dejaron enseñanzas sobre la importancia de estudiar y comprender la microestructura del acero, la cual es una herramienta fundamental para predecir el comportamiento del acero durante su vida útil. También subrayó la necesidad de analizar la composición química de los aceros, identificando la presencia de elementos aleantes que pueden resultar beneficiosos o perjudiciales, así como la importancia de controlar sus concentraciones dentro de ciertos rangos.

A continuación, se presentan algunas de las características más relevantes que pueden identificarse mediante el estudio de la microestructura, y que tienen un impacto crucial en las propiedades mecánicas de los materiales.

Actualmente, es fundamental controlar en el acero las siguientes características:


Tamaño de grano:

Aceros con granos más finos tienden a tener una temperatura de transición dúctil-frágil más baja, lo que significa que son más resistentes a la fractura frágil a temperaturas bajas. Esto se debe a que los granos más pequeños dificultan la propagación de grietas. 



Figura 2. Microestructura de un acero bajo carbono en donde se observan granos finos de ferrita, fuente: Micrografía elaborada por el autor


Fases presentes:

La presencia de ciertas fases, como carburos gruesos, puede favorecer la fractura frágil, mientras que fases más finas o bien distribuidas pueden mejorar la ductilidad y tenacidad. Por ejemplo, la bainita inferior suele presentar mayor resistencia a la fractura frágil que la perlita y la bainita superior. En cuanto a la martensita, si bien es una fase muy resistente, puede ser propensa a la fractura frágil si no se somete a un tratamiento térmico adecuado, como el revenido.


Figura 3. Microestructura de un acero medio carbono en donde se observan granos de perlita rodeados de ferrita, fuente: Micrografía elaborada por el autor

Inclusiones y segregaciones:

Las inclusiones y las segregaciones pueden actuar como sitios de nucleación de grietas, iniciando la fractura frágil. La distribución uniforme de estos defectos es deseable para evitar concentraciones locales que puedan llevar a fallas. 



Figura 4. Microestructura de un acero con inclusiones de sulfuro de manganeso (MnS), fuente: Micrografía elaborada por el autor


Elementos de aleación:

Los elementos de aleación pueden afectar a la temperatura de transición dúctil-frágil de diversas maneras. Algunos elementos pueden fortalecer la matriz del acero, aumentando la resistencia a la fractura, mientras que otros pueden promover la formación de fases que favorecen la fragilidad.

Estas características se pueden observar con un análisis metalográfico mediante el cual podemos analizar todas las características estructurales y constitutivas de un material.

Nota cultural: Constance nació con el apellido Elam en New Barnet, Herfortshire, Reino Unido, el 6 de febrero de 1894. Estudió ingeniería en el Newnham College de Cambridge.



Figura 5. Constance Tipper, fuente Institution of Engineering and Technology (IET) Archives. Originally published in The Woman Engineer, 1957.


En 1915 se unió al Departamento de Metalurgia del Laboratorio Nacional de Física, en Teddington, y un año después se trasladó a la Escuela Real de Minas donde estudió el crecimiento de los cristales y la recristalización en metales. Este trabajo resultaría fundamental para su especialización y la llevarían a convertirse en una importante figura en el estudio y descripción de las microestructuras.

En 1917 fue elegida miembro del Instituto de Materiales. Durante la década de los 20, dos becas permitieron a Tipper investigar la resistencia y vulnerabilidades del aluminio monocristalino y la plasticidad de los cristales. En 1923, ella y su colega, Geoffrey Taylor, recibieron la invitación de la Royal Society para participar en su conferencia anual y allí mostrar su trabajo. Tipper, todavía con el apellido Elam, firmaba sus trabajos como C. F. Elam, así que al invitarla los responsables de la Royal Society no sabían que era una mujer, y por lo tanto que su entrada no estaría permitida en dicha conferencia y la cena posterior. Fue ella misma quien declinó la invitación, bajo el argumento de que “es mi desgracia más que mi culpa el no ser un hombre. Me sentí muy honrada al recibir la invitación, aunque me di cuenta de que había sido enviada por un malentendido”.

La Royal Society le envió como respuesta una caja de exclusivos chocolates a modo de disculpa por el error. Tras esto, Taylor se hizo famoso por su trabajo hasta el punto de que su nombre está asociado a la plasticidad de los cristales, mientras que el de ella no. Aun así, este periodo culminó con la obtención del doctorado de Constance por la Universidad de Londres en 1926.

En 1928 se casó con George Howlett Tipper, adoptando su apellido y volvió al Newnham College. En 1935 escribió Distortion of Metal Crystals (La distorsión de cristales metálicos) firmado con su nombre de soltera, que pasó a ser uno de los libros más referenciados de la materia en el momento.

A Constance se la recuerda hoy en día por ser quien resolvió el misterio de los buques Liberty contribuyendo a los esfuerzos bélicos de los aliados, aunque su fructífera carrera no se limitó a este logro. En 1962, publicó su libro The Brittle Fracture Story (La historia de la fractura frágil) basado en su trabajo en época de guerra y que fue el culmen de su carrera.

Autores CIATEQ Hidalgo:

§  Ing. Ingrid Shesell Cerón Jiménez. Laboratorio de servicios.

§  Ing. Alberto Ramírez Castellanos. Laboratorio de servicios. 






Fuentes:

Callister, W. D., & Rethwisch, D. G. (2014). Materials science and engineering: An introduction (ed. 9). Wiley.

Totten, G. E., Howes, M. A. H., & Inoue, T. (2002). Handbook of residual stress and deformation of steel. ASM International.

Honeycombe, R. W. K., & Bhadeshia, H. K. D. H. (1995). Steels: Microstructure and properties (ed. 2). Butterworth-Heinemann.

Bhadeshia, H. K. D. H. (2001). Bainite in steels: Transformations, microstructure and properties. The Institute of Materials.

Tipper, C. F. E. (1962). The brittle fracture story (Cambridge Engineering Series). Cambridge University Press.

Jay E. Moore, Ph.D. (2021, 28 de enero). Brittle fracture: When ships split in two. The Mariners’ Museum and Park. Recuperado de https://www.marinersmuseum.org/2021/01/brittle-fracture-when-ships-split-in-two/

Kobayashi, H. (s. f.). Brittle fracture of Liberty Ships. Failure Knowledge Database (ShipPai). Recuperado de https://www.shippai.org/fkd/en/cfen/CB1011020.html

Zhang, W. (2016). Technical Problem Identification for the Failures of the Liberty Ships. Challenges7(2), 20. Recuperado de https://doi.org/10.3390/challe7020020

Benavente, R. (2022, 10 de febrero). Constance Tipper, la metalúrgica inglesa que descubrió por qué se resquebrajaban los buques de guerra Liberty. Mujeres con ciencia. Recuperado de https://mujeresconciencia.com/2022/02/10/constance-tipper-la-metalurgica-inglesa-que-descubrio-por-que-se-resquebrajaban-los-buques-de-guerra-liberty/

Alonso, L. (2021, 3 de abril). Constance Tipper y la fragilidad de los buques Liberty. VA DE BARCOS. Recuperado de https://vadebarcos.net/2021/04/03/constance-tipper-y-la-fragilidad-de-los-buques-liberty/

  


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